nadas

23.8.09

Viajes

Trajo la valija. La puso sobre la mesa.
La miró asustada –era un objeto extraño para ella-.
Cerró los ojos, para ver si el susto se le iba.
Y respiró hondo –dos veces-.

Luego abrió sus ojos: La valija aún seguía allí –era demasiado real-.

Volvió a cerrarlos, pero se concentró más esta vez.
Respiró profundo –como cinco veces-.
Y volvió a abrirlos, pero muy lentamente –como esperando “Algo”-.

“La valija ya no estaba”.

Se sintió un poco mareada, sobre-oxigenada, confundida.

Ambas hicieron sus propios “viajes”.

“Ella”, nunca supo del suyo.
Tampoco “ella” supo del suyo.

Ambas supieron de “el llenar y de el vaciar”,
De “el dar y de el recibir”,
De la fresca transfusión
De trozos
De sus muertes
Y de sus vidas.

Congelados
Sólo hibernando
Un presente
Y un pasado.

Y enredadas quedaron
Ausencias
Suspendidas.
.

2 comentarios:

ana c dijo...

me gusta alimentar a esa mojarrita

delarena-una dijo...

Menos mal Ana...
porque si por mi fuera, la pobre ya estaría hace rato en el más allá ja.

Yo, la abandónica...

Gilda

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