nadas

27.9.08

Inalcanzable

A Margarita, la lámpara, se le había vuelto in-so-por-ta-ble que la apagaran y la encendieran en contra de su voluntad.
A ella le había tocado la cocina. Más precisamente, el techo de la cocina, del que pendía cual condenada a la horca y a sus penosos 60 watt?. Sin embargo ella se sentía un Astro en el firmamento hogareño.
Se había vuelto obsesiva y desde allí solo observaba manos, totalmente automatizadas, que la amanecían o la anochecían, también en contra de su voluntad.
Y en días nublados, era más feliz.
Se enamoró de una mano, que padecía de insomnio y/o compulsión por todo lo que fuera comestible y bebible.
Ella esperaba ansiosa esa mano, mano cual Dios de su universo, que la encendía y encendía... y encendía.
En tiempos pasados, ella, por las noches dormía tranquila. Pero la adicción de Margarita al flujo de corriente eléctrica iba en aumento. Quería más, más... y más.
Y, por supuesto, su carácter fue cambiando.
Aguantó, en muchas oportunidades, la humillación de permanecer oscura, casi sin vida, observando el resplandor que emitían "otras" en "otros" firmamentos cercanos.
La perturbaba saber que esa mano, que imaginaba solo de ella, encendiera a "otras" también. Quería ser única.
Los celos la consumían y su frustración iba creciendo tanto como su ira.
Soportaba y soportaba. Hasta que no soportó más.
Ya casi loca, deliraba elucubrando venganzas.
-Pobrecita, ella ni sospechaba que había un Dios, superior a su dios, de nombre: EPEC-
Y el Dios EPEC hizo de las suyas.
Un verano comenzó a deprimirse. Por las noches pensaba demasiado e incluso también de día.
Un tormentoso día la terminó de enloquecer. Tres días sin existencia... Luego las convulsiones... Y entró en coma (ni a vela se parecía)
Y en eso... un golpe de luz (del Dios EPEC, claro) al cual sobrevivió e incluso resucitó.
Plena de energía y totalmente lúcida decidió vengarse. Pero una ráfaga del viento la dejó en falso contacto.
Entonces, su amante (que no sabía que era su amante) con los pies mojados por la lluvia, y las manos también, intentó ajustarla, como tantas veces lo había hecho. Su mano, por fin, en el amoroso ritual, con delicadeza la acarició. Y se electrocutó.
Lo maté sin querer, "pero queriendo", pensó.
De todos modos sintió pena. Su romance había terminado trágicamente. Y extrañaría "esa" mano que tantas dosis le había proveído.
No tuvo tiempo de duelos (porque la vida media de una lámpara es corta)

Las manos conocidas desaparecieron. Se mudaron. Y otras nuevas llegaron.
Ella supo que sería traicionada. Las nuevas, eran ecologistas y la cambiarían por "una" debilucha de bajo consumo. Sabía que no podría soportarlo.
No quiso pasar el resto de sus días en un envoltorio de cartón (su féretro, seguro)
Y deseó la eutanasia.

Era un atardecer, lo recuerdo bien.
Yo estaba sobre el alféizar de la ventana en mi mullido almohadón, tomando el sol que entraba a la cocina y esperando algún pájaro desprevenido...
Y vi la maldita mano ecologista que encendió el maldito interruptor.
Fue tanta la sobredosis que explotó.
Y Margarita... colapsó.
Casi ciego me dejó con su esplendoroso fulgor.

Yo, que siempre había jugado con tu sombra blanca, en el piso o en las paredes, con la ilusión de atraparte Margarita allá, en las alturas, con algún inesperado salto (siempre fallidos) hacia el techo, para rozarte con mis pequeñas garras...
(que por suerte, no fueron, ni son, ni serán nunca manos)
Aún llevo en mis secas retinas tu luz, Margarita, mi inalcanzable lámpara.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, mil gracias, era eso lo que buscaba, los de Roxana los conozco de memoria ya los gaste los cds jajaja.. Gracias nuevamente, por desdudarme

Anónimo dijo...

intentando

nadas
nadas para apaciguar algo
tengo algo de ti
como apaciguar el algo que tengo
mi algo
que es nuestro nada

tu ausencia
mi algo que es nada

es verbo sustantivo definicion y adjetivo

como
como se apaciguan el humo que deja el fuego o el fosforo que nunca prendio? como se apaga una mecha apagada?

como apaciguar el algo que no tengo y es nada?

nadas
nadas para apaciguar algo
busco algo para mi nada

nadas para apaciguar la nada
manos vacias
te llamo
tiembre - algo
manos vacias
nada
tu voz
todo
manos vacias
nada
te cuelgo
manos vacias
se quedan

nadas
nadas para apaciguar algo que es nada
no existe
no existimos
no es real
no estamos
no hay algo que hacer sobre la nada

nadar
nadar para apaciguar algo
nadar
para tener el agua en las manos
para tener los kilometros mojandome la piel
para desfallecer por la sed
por algo
el silencio ahoga
nadas
en las nadas esta el algo
nadar
para ver si llego
nadar entre las palabras
para que me tapen los oidos con tu voz
y me quede tu eco
el eco
el algo
no el recuerdo
el eco presencia
el eco apacigua la nada

nadas?


te extrano. tan pronto pueda te llamo.

delarena-una dijo...

no te salves: De nada, de nada, gracias a vos por preguntar. A veces no pongo ni autores ni títulos a propósito. Vos caíste! Gracias por animarte(Así me entero con quien existe la empatía musical).
Gastar los c.d de la Amed si que vale la pena.
Avisame apenas salga el nuevo.

Anónimo: ¿Anónimo? Gracias, mil gracias por el "Intento". Gracias por el gesto, es lo que más valoro porque sé que te cuesta escribir-me. Asi es que reitero "Gracias".

Te extraño también. Extraño todo aquello que tal vez nunca se dé.

Te quiero aún.

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