nadas

8.2.07




NAVEGAS, PIEL RESUCITADA.



En esta aventura el retrato tiene tintes y mirada de nocturnos. Una pupila se desliza sobre formas multiformes y cripticas. Retumba el trueno de la noche y esas gotas en la sombra imposibles de mirar, fijas en el azul sin limites, hacen llegar sus hilos delgados de nodriza.
Su sangre se estaciona en mitad de la tierra, se planta alli como un nuez quebrandose interminable. Nada es para asustarse cuando la ternura se riega a mares y succiona los senos de medialuz.
Luna espejada que moja la distancia entre el temblor y los labios en la noche, navegando auroras subterraneas, naufragio de ultramar donde se suman jadeos y eternidades a traves de una pared imaginaria entre el agua y la piel.
Un juego de azogues aguarda, como la pantera de infinita paciencia espera que el ibice salga de su letargo. Ahora el espacio y el tiempo son dos tigresas en celo en un lugar sin flores donde todo es jungla y ella despierta del deleitoso sueno de los mil sentidos que va cubriendo poco a poco en una rafaga incesante con toque de luz naufraga que busca otra luz en la lejana cripta que se abre desgarrada.
Citerea A. Benitez / Condesa A. Bengochea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmmm,humm, ah, si

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