Hola cariño espero que por allá todo marche bien... Las epístolas en general se escriben a los fantasmas. La condición fundamental para la existencia de la palabra en el papel es la ausencia del otro. En primera instancia esa ausencia puede estar dada por una distancia física, pero si hacemos foco, advertimos que la distancia es un hecho estructural de los sujetos. Está marcada por la imposibilidad de "ser" el otro. Solo hay palabras como puente. Y para colmo esa imposibilidad no está dada solamente con los otros, sino y fundamentalmente con nosotros mismos. No somos en estos cuerpos y tampoco somos en el afuera. Como decía un hombre magnífico, "estoy tan lejos de ti como un ojo del otro" De modo que podemos decir que las epístolas se escriben a ese ojo que nos mira, al menos en nuestro imaginario, nos mira para reconstruirnos, para unir los pedazos, para hacernos hermosos y finalmente para amarnos. Algunas personas llaman a ese ojo Dios... Qué importa como se le llame si el pedido siempre es el mismo? Qué importa quien es o que forma asume si la súplica es única para toda la especie. En cada epístola hay una frase escrita con jugo de limon: "ámame para poder saber quien soy". No dejes de escribirlas, nunca se sabe cuando alguien tiene un encendedor a mano. Besos
AVISO
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Abrí este blog para recuperar el registro de mi blog anterior: las
mierdautorías.
Y ya que estamos aquí, aprovecharemos para ir publicando basura reciclad...
2 comentarios:
Hola cariño espero que por allá todo marche bien...
Las epístolas en general se escriben a los fantasmas. La condición fundamental para la existencia de la palabra en el papel es la ausencia del otro. En primera instancia esa ausencia puede estar dada por una distancia física, pero si hacemos foco, advertimos que la distancia es un hecho estructural de los sujetos. Está marcada por la imposibilidad de "ser" el otro. Solo hay palabras como puente. Y para colmo esa imposibilidad no está dada solamente con los otros, sino y fundamentalmente con nosotros mismos. No somos en estos cuerpos y tampoco somos en el afuera. Como decía un hombre magnífico, "estoy tan lejos de ti como un ojo del otro"
De modo que podemos decir que las epístolas se escriben a ese ojo que nos mira, al menos en nuestro imaginario, nos mira para reconstruirnos, para unir los pedazos, para hacernos hermosos y finalmente para amarnos. Algunas personas llaman a ese ojo Dios... Qué importa como se le llame si el pedido siempre es el mismo? Qué importa quien es o que forma asume si la súplica es única para toda la especie. En cada epístola hay una frase escrita con jugo de limon: "ámame para poder saber quien soy". No dejes de escribirlas, nunca se sabe cuando alguien tiene un encendedor a mano.
Besos
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